domingo, 12 de mayo de 2013

Enseñanza y apendizaje


Buenas! esta vez dejo un articulo de Laura Pitluk que es sumamente ligado a la problemática que planteo en el relato que escribí sobre la función pedagógica del jardín maternal, esto trae muchos interrogantes y reflexiones sobre este tema, lo que plantea Laura es la gran responsabilidad de las educadoras ya que se debe incluir el cuidado con una intencionalidad pedagógica y a la vez desarrollar propuestas de enseñanza adecuadas a los niños, este cuestionamiento sobre la función pedagógica del docente en el Jardín Maternal esta vigente en el ámbito educativo, la idea es reflexionar sobre esto, recabar información e intentar cambiar lo que veamos incorrecto a lo largo de la practica, reflexionando sobre la acción. Los invito a visitar la siguiente pagina donde encontraran mas artículos sobre Laura Pitluk, (especialista en el Nivel Inicial, Profesora en Ciencias de la Educación) muy interesantes y material para las docente de gran interés.
 http://www.laurapitluk.com.ar/index.html


El Jardín Maternal como un espacio 
de enseñanza y aprendizaje.
Por Laura Pitluk
El Jardín Maternal, como parte del Nivel Inicial, pertenece al
sistema educativo formal y por lo tanto cumple con las funciones social
y pedagógica que caracterizan a toda institución educativa.
Educar a los niños pequeños implica una sabiduría y una
responsabilidad que ubica a las instituciones y a los educadores como
pilares del sistema educativo.
La educación inicial traza las huellas del recorrido que la infancia
transitará en su proceso educativo iniciando una modalidad de
acercamiento al conocimiento que influirá en sus posibilidades de
aprender, de comunicarse, de expresarse.
La educación de 0 a 3 años se ubica históricamente sobre las bases
de un dilema que es necesario superar para instalarla como una
institución educativa que incluye los cuidados básicos desde la
intencionalidad pedagógica y desarrolla propuestas de enseñanza
adecuadas a los niños pequeños. Desde esta mirada el Jardín Maternal
debe distanciarse del falso dilema que lo sitúa en una de sus discusiones
fundantes: ¿la escuela para niños pequeños cuida o educa? Hoy
sabemos que en edades tan tempranas no hay posibilidades de pensar a la
educación disociada del cuidado, que estos no son aspectos contrarios sino
complementarios, que son parte del mismo proceso: una educación
adecuada que integra el afecto y el cuidado a la enseñanza de los
conocimientos reconocidos como válidos y pertinentes desde lo cultural, lo
social, lo moral.
Desde esta mirada debemos formularnos una pregunta fundamental: ¿En
el Jardín Maternal se enseña? Y desde allí avanzar preguntándonos:
¿Por qué y para qué? ¿Qué se enseña? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Con
qué?
Desde el reconocimiento del Jardín Maternal como parte del Nivel
Inicial y como espacio educativo, debemos, a su vez, establecer las
peculiaridades que lo identifican y que caracterizan las
especificidades de las acciones educativas niños mas pequeños: la
tarea con las familias, el desarrollo del lenguaje, el abordaje de los
contenidos, el rol del educador, sus estrategias e intervenciones, los
espacios, los tiempos, los materiales, la organización institucional, la
planificación, las propuestas de enseñanza.
Reconociendo que las propuestas de enseñanza en el Jardín
Maternal abarcan a las propuestas secuenciadas, a las de
resignificación de las actividades cotidianas y a las de juego
espontáneo, debemos pensar en una modalidad de planificación que
integre y articule a todas estas propuestas: los recorridos didácticos.
Esta planificación posibilitará organizar la complejidad de la educación
en los primeros anos buscando alternativas para desarrollar
propuestas ricas que enriquezcan los aprendizajes de los niños. Esto
será posible desde un modelo educativo de calidad sustentado en el
derecho de los niños a educarse desde edades tempranas.
Sabemos que el modelo educativo que se “pone en juego” en cada
acción, en cada actitud, en cada propuesta, deja huellas en el desarrollo
infantil; si desde los inicios los niños vivencian experiencias de respeto,
de escucha, de cuidado, de valorización, se forman como sujetos
pensantes, creativos, protagonistas, responsables, buscadores
incansables. Los modelos adultos (familiares y escolares) tienen un
impacto fuerte y contundente en el estilo de sujeto que se va formando.
Cuanto más pequeños son los niños más fuerte es la impronta de las
acciones y actitudes de las que son parte en sus cuidados y contactos
cotidianos.
Si comprendemos entonces el valor de las intervenciones adultas en la
formación de los sujetos podremos asumir la responsabilidad de
acompañarlos en su inserción en el mundo creando espacios de
seguridad y confiando en su educabilidad.

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